VIVIEN LEIGH...O CÓMO LA FICCIÓN SE CONVIRTIÓ EN UNA TRISTE REALIDAD
Esta gran actriz poco a poco se fue transformando en uno de sus personajes más emblemáticos como es el de Blanche Dubois en Un Tranvía Llamado Deseo. Al igual que Blanche, Vivien, tenía problemas mentales, fue diagnosticada como maníaco-depresiva y, cuentan los que la conocían que, como muchos otros enfermos bipolares, ella no tenía ningún tipo de recato o pudor, a la hora de satisfacer sus deseos sexuales, normalmente con chicos mucho más jóvenes que ella a los que apenas conocía, como Blanche, ella siempre "confió en la bondad de los desconocidos".
Vivian Mary Hartley nació un 5 de Noviembre de 1913 en La India, donde su familia disfrutaba de las ventajas de la vida colonial donde su padre, un agente de bolsa, fue trasladado. Cuando tenia 6 años de edad, su madre consideró que ya era hora de terminar con la diversión y Vivian fue enviada de regreso a Inglaterra, como interna, al Convento del Sagrado Corazón en Roehampton, cerca de Londres. Cuando cumplió 15 años sus padres se instalaron definitivamente en Inglaterra.
En el colegio, Vivian se convirtió en la perfecta señorita, con los modales de la alta sociedad, hablaba un perfecto inglés, con acento de Oxford, además de hablar francés e italiano. Cuando se graduó en el colegio sus padres la animaron a seguir estudiando y viajar por Europa; estudió en colegios de la Rivera Italiana y en París.
En 1932 conoció a Leigh Holman, un abogado 12 años mayor que ella con el que se casó ese mismo año. Para entonces, ViVian ya estaba matriculada en la Real Academia de Arte Dramático, estudios que continuó después de su luna de miel. En 1933 dió a luz a su primera hija, llamada Suzanne, su marido creyó entonces que su "obsesión" con el teatro se pasaría y, poco a poco, se iría convirtiendo en la "perfecta esposa" (QUÉ EQUIVOCADO ESTABA!!!).
Vivian empezó a destacar en el teatro con la obra La Máscara de la Virtud (1935) y su agente creyó que debía ponerse un nombre artístico. Vivian Hartley pasó a ser entonces la inolvidable Vivien Leigh, había nacido el mito.
Aunque era una chica con una prometedora carrera, sus primeros papeles en el cine no tuvieron muy buenos resultados ("es una chica muy guapa, con cierto encanto, pero de la que no podemos esperar mucho más" dirían los críticos de la época)pero esto cambió con su papel en la obra: The Mask of Virtue. De la noche a la mañana Vivien se convirtió en la sensación del momento. El productor Alexander Korda se fijó en ella y le ofreció un contrato de 5 años para hacer 10 películas en Inglaterra, contrato que no llegará a cumplir porque en 1938 la actriz se marchó a Hollywood.
No es el único en fijarse en la chica, Laurence Olivier fue un espectador más de The Mask of Virtue pero no llegan a conocerse, lo harían más tarde, después de una de las representaciones del actor. Cuando Vivien le vio en escena supo que quería estar en el mismo escenario que él, tan deslumbrada estaba por el actor que aseguró que no sólo trabajaría con él, algún día sería también su esposa. El único inconveniente era que ambos estaban casados, lo que no impidió que comenzasen un romance un tanto turbulento. Fire over England de 1937 fue su primera película juntos.
El romance era un secreto a voces, pero su marido no quería concederle el divorcio, estaba convencido de que lo suyo con Olivier era algo pasajero.
Mientras su vida personal era un poco caótica, en lo profesional iba cada vez mejor, fue elegida para encarnar a Ofelia en la nueva versión de Hamlet que Laurence Olivier dirigía. Poco después, en 1938, protagoniza junto a Robert Taylor Un Yanqui en Oxford y, ese mismo año, Callejón sin salida junto a Charles Laughton; estas dos películas conseguirán que la popularidad de la actriz sea mayor, pero quizás no lo suficiente, después de 10 obras de teatro y 10 películas.
Su vida estaba a punto de cambiar. Laurence Olivier viaja a EEUU para rodar allí Cumbres Borrascosas y Vivien decidió acompañarle aunque no sólo por motivos personales. La actriz sabía que el libro Lo que el Viento se Llevó de Margaret Mitchell iba a ser adaptado a la gran pantalla y a ella se le había metido entre ceja y ceja que el papel de Scarlett O'Hara sería suyo. David O'Selznick estaba impresionado por la determinación de esta joven, frágil chica inglesa. Con el número 244, en las pruebas para interpretar a la protagonista de esta épica historia, Vivien se hizo con el papel, una vez que la vieron interpretar su versión de Scarlett ya no hubo otra, ella encarnaba a la perfección esa mezcla de feminidad, fragilidad y fortaleza del personaje.
La última pega era la de la gente del sur de EEUU, ¿Cómo se iban a tomar que una inglesa interpretase un personaje de origen sureño? La respuesta estuvo clara: "Mejor una inglesa que una yanqui". Vivien se puso a estudiar el acento de Carolina del Sur inmediatamente, no quería decepcionar a los fans del libro. Con 26 años, Vivien Leigh puso el mundo a sus pies gracias a Scarlett.
El rodaje de Lo que el Viento se Llevó fue duro para ella, Laurence Olivier estaba en New York con una obra de teatro, mientras ella estaba en Atlanta. La distancia se le hacía muy cuesta arriba, por ello pidió a O'Selznick permiso para viajar a New York y poder ver a Olivier aunque sólo fuese un rato. Cuando llegó a la ciudad Larry estaba en escena, Vivien aprovechó el descanso para entrar a su camerino y allí se quedaron un buen rato abrazados sin decir nada.
La película comenzó teniendo como director a George Cukor, con el que Vivien se sentía muy cómoda, sin embargo, Clark Gable no. Cukor tenía fama de ser un director de actrices y, al fin y al cabo, él era el Rey y ella una recién llegada. Gable consiguió lo que quería y Cukor fue despedido, el nuevo director será Victor Fleming. Otro motivo de disconformidad entre los actores es la famosa halitosis de Gable. Unos dicen que provocaba tener ese mal aliento para molestarla y otros dicen que era fruto de su dentadura postiza, sea como fuere el rumor del mal aliento de Gable llega hasta nuestros días. A pesar de todas las desavenencias los actores formaron una de las parejas más memorables de la historia del cine, su química traspasa la pantalla.
En 1940 Vivien acepta participar en la película El puente de Waterloo con Robert Taylor. Con el paso del tiempo la actriz confesará que esta es su película favorita. Este es un año importante para ella, recibió su primer Oscar por su papel de Scarlett O'Hara y su marido acepta concederle el divorcio, con la única condición de que él tendría la custodia de su hija Suzanne. Ese mismo año, Olivier también obtiene su divorcio. Parece que las cosas no pueden ir mejor para ella, en poco más de un año ha pasado de ser la amante de Laurence Olivier, que le acompaña en su viaje a EEUU para rodar Cumbres Borrascosas, a ser su esposa y la actriz del momento, conocida en todo el mundo. Su boda en 1940 fue una ceremonia sencilla, con Katharine Hepburn como dama de honor.
En 1941 la pareja rodó su primera película como matrimonio, Lady Hamilton. Mientras ellos vivían en Hollywood, en Europa, la II Guerra Mundial había estallado y Olivier se une a las fuerzas aéreas como piloto de transporte.
La pareja compra su propio nido de amor en Inglaterra pero esta no es una casa como cualquier otra, Nottley Abbey era una casa del S. XIII que había pertenecido a Enrique V, personaje que Laurence Oliver había encarnado con éxito. En esta casa Vivien hizo cenas, reuniones, fiestas,... de las que todo el mundo habla como perfectas, ella era la perfecta anfitriona y no descuidaba ni el más mínimo detalle.
En 1944 Vivien acepta el papel de Cleopatra en la película César y Cleopatra. Este rodaje será muy duro,por los continuos bombardeos y humedad de la localización, además, una caída en el set provoca que la actriz sufra un aborto. Después de esto, los síntomas de problemas emocionales empiezan a hacerse visibles.
Al año siguiente, la pareja aceptó una nueva obra de teatro, pero la salud de Vivien empeora, se le diagnosticó tuberculosis y se vió obligada a abandonar las representaciones.
En 1947 Olivier produjo, dirigió y protagonizó en el teatro una nueva versión de Hamlet en la que Vivien esperaba interpretar a Ofelia, pero su marido se decantó por una actriz más joven. Vivien decidió protagonizar entonces la pelicula Anna Karenina que fue considerada por la crítica como un "bello error", mientras el Hamlet de Olivier recibía unas críticas maravillosas. En ese mismo año el actor será nombrado caballero por Jorge VI, con 40 años era el actor más joven nombrado caballero.
Para el mundo eran la pareja perfecta, el rey y la reina del teatro pero de puertas para dentro las cosas no eran perfectas ni de lejos. Puede que para ella fuese muy difícil estar a la sombra de Larry. A lo largo de los años habían aparecido juntos en varias obras de teatro, entre las que destaca MacBeth; toda la crítica estuvo de acuerdo en que interpretó a Lady MacBeth com nadie había lo hecho antes.
En 1950 Vivien Leigh volverá a trabajar en Hollywood, tras 10 años ausente. Este regreso será para interpretar a Blanche Dubois en Un Tranvía Llamado Deseo a las órdenes de Elia Kazan. Con este papel la actriz volvió a demostrar sus dotes interpretativas y le llevaría a ganar su 2º Oscar. Con este personaje el gran público verá partes de ella que no había mostrado hasta ese momento. Sus problemas de salud vuelven a hacerse evidentes, además de su mal curada tuberculosis, la actriz sufría de problemas mentales que le hacían difícil distinguir realidad y ficción. Fue internada para tratarla de sus problemas psiquiátricos, en la clínica la trataron con electroshock (no sabemos si la ayudó o la hizo empeorar...).
En 1956 Vivien aceptó participar en la obra de teatro Titus Andrónico; la obra salió de gira por toda Europa y lo sorprendente es que, a pesar de sus problemas de salud, en escena nunca falló. En este año sufrirá también un 2º aborto.
Su matrimonio empezaba a dar síntomas de agotamiento, su marido se sentía cada vez más impotente viendo como la salud de su mujer empeoraba ante sus ojos sin poder hacer nada, excepto "buscar consuelo" en los brazos de una actriz más joven llamada Joan Plowright que era una mujer tranquila, amable, apacible,... Habían pasado 25 años desde la primera vez que puso sus ojos en él, habían sido la pareja dorada pero ahora todo había terminado con su divorcio en 1960.
Su trastorno maníaco-depresivo era cada vez más evidente y, debido a su trastorno bipolar, su sexualidad era cada vez más activa, necesitaba tener gran número de amantes, normalmente chicos casi desconocidos para ella. En 1958 Vivien conoció a Jack Merivale que era conocedor de su enfermedad y prometió a Olivier que cuidaría de ella (quizás le dio también el empujoncito necesario para presentar el divorcio).
Vivien rodará una nueva adaptación de Tennessee Williams en 1961, se trata de La Primavera Romana de la Sra. Stone. Compartiendo protagonismo con un joven Warren Beaty, en la película se reflejan los miedos de ella acerca de la soledad y la vejez, cruelmente dramatizados.
En 1963 realiza un musical llamado Tovarich que le reportará su primer y único premio Tony y en 1964 realiza su último trabajo, en la película El Barco de los Locos, cuyo rodaje fue muy duro para el director y el resto del reparto, pues nadie sabía que el estado mental de la actriz era tan frágil y admiró el coraje de la actriz por continuar con el trabajo a pesar de la dificultad del rodaje.
El 7 de julio de 1967 a la edad de 53 años Vivien Leigh muere, por complicaciones derivadas de su tuberculosis, en su piso de Eaton Square. Cuando se hizo pública la noticia del fallecimiento, el 8 de julio, los teatros del centro de Londres apagaron sus luces durante una hora, como muestra de duelo y respeto por esta actriz, que tanto había dado al teatro a lo largo de su vida.
Ella dijo en una ocasión "La gente cree que si tu aspecto es razonablemente bueno, puedes ser actor, pero como yo solo me preocupo por actuar, para mi, la belleza puede ser un handicap, porque si tu quieres parecerte realmente al personaje que vas a interpretar, ese personaje no necesariamente tiene que ser parecido a ti". Como lo que de verdad le preocupaba era ser buena en su trabajo, por el que sentía verdadera pasión, intentó realizar papeles cuanto más diferentes mejor, y su belleza nos acompañó a través de todos y cada uno de ellos.
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