LADY & THE TRAMP
Alguien a quien conozco, y quiero, (Pi, no miro a nadie), me ha estado insistiendo para que escriba, en este blog, acerca de alguna película de dibujos animados y, cuando yo pienso en alguna película de este género, la que siempre viene a mi mente es La Dama y el Vagabundo. Este cuento, siempre ha estado y estará por encima de todos los demás, quizás películas animadas más modernas sean de mejor calidad, no voy a poner en duda eso, pero, esta hermosa historia de "amor perruno", tiene un lugar especial en mi corazoncito.
Me aprendí el cuento antes de saber leer, (gracias Tia Mari, por regalármelo, y tener la paciencia de leérmelo una y otra vez, yo no me cansaba de oírlo, y luego lo interpretaba a mi manera) y me enamoré de la historia, una vez más, cuando pude ver la película. Quizás esta no es la elección más obvia o la más sesuda pero esta sencilla historia, para mi, tiene varias moralejas, la clase social no debería marcar de quién te enamoras, no deberíamos dejarnos influir por las apariencias, el cruel paso del tiempo,... reflejadas en la historia.
Reina es una perrita que vive con sus dueños Linda y Jaimito en un barrio acomodado, lleva una vida feliz, sin ningún tipo de preocupación, tiene casa y comida, y cariño, aunque eso está a punto de cambiar. Sus dos mejores amigos son Jock y Trusty. Jock es un Fox Terrier malhumorado que guarda un gran tesoro de huesos enterrados y Trusty es un perro de caza ya muy mayor y que ha perdido el olfato, ahora sólo le queda rememorar aquellos tiempos en los que iba a cazar y su olfato era infalible.
Golfo es un perro callejero, se enorgullece de la libertad que le da el no pertenecer a nada ni a nadie, además no se fía de los humanos.
Cuando Reina va a anunciar a sus amigos que Linda está esperando un bebé, Golfo oye cómo Jock y Triste le dicen que no debe preocuparse de nada, el perro callejero se ríe de ellos, para él la llegada del bebé significa problemas para el perro, no tendrá sitio dentro de la casa ("cuando llega el bebé el perro se va").
Reina no olvida las palabras de Golfo, pero cuando el bebé por fin llega, las cosas no son para nada como el vagabundo le contó.
Jaimito y Linda tienen que salir de viaje sin el bebé, la tía Sara y sus dos odiosos gatos siameses se instalan en la casa para cuidar del nene, ahí empiezan los problemas para Reina. La Tía Sara quiere echar a Reina de casa, mudarla a una caseta en el jardín. Después de una pelea con los siameses la Tía Sara se convence de que Reina es un monstruo, que casi se carga a sus dos angelitos por lo que decide comprarle un bozal. En cuanto le ponen esa cosa en la cara el pobre animal huye despavorido y se pierde en la ciudad, por suerte para ella se encontrará con Golfo.
El perro se las ingenia para sacarle el bozal, para animarla la invita a una romántica cena a la luz de las velas, ¿Quién no ha jugado a comer los spaghetti como lo hacen Golfo y Reina en la película? Los dos pasan una noche muy romántica, pero cuando amanece, Reina recuerda que debe volver a casa, Jaimito y Linda le han encargado que cuide al bebé.
Golfo intenta hacer que se relaje y la lleva a un "lugar divertido". Los dos van a "corretear gallinas", el ruido alerta al dueño y Reina acaba con sus huesos en la cárcel, es decir, la perrera, donde todos la envidian pues ella tiene collar con placa, lo que significa que tiene dueños y, antes o después, vendrán a por ella.
Cuando Reina cuenta a sus compañeros de celda el por qué ha terminado allí y con quién estaba, no se sorprenden para nada, Golfo tiene una reputación......... de conquistador importante, la decepción de Reina crece por momentos y vuelve a casa muy triste. Una vez en casa, Reina vuelve a dormir en el jardín, pero no tiene ganas ni de protestar.
Golfo va a disculparse con ella por todo lo ocurrido, pero Reina no está por la labor de escucharle, se siente traicionada.
Golfo está a punto de irse, y Reina ve a la enorme rata, que tantas veces ha intentado atrapar, entrando a la casa, la perrita tiene miedo de lo que le pueda ocurrir al bebé y le pide a Golfo que sea él el que entre a salvarle.
Golfo así lo hace y consigue cazar a la rata pero el ruido despierta a tía Sara que encierra a Golfo en el armario y llama a la perrera para que se lleven a "ese chucho". Jaimito y Linda llegan a casa y no entienden nada de lo que está pasando, los dos corren a ver cómo está el bebé, Jaimito aparta uno de los muebles que Golfo ha tirado y encuentra a la rata gigante, todos entienden lo que ha pasado, Golfo no es un villano sino el héroe y quieren evitar que el perro sea sacrificado.
Reina pide ayuda a Jock y a Triste. Los dos perros intentan seguir el rastro del coche de caballos de la perrera, como en todos los buenos cuentos ocurre el milagro, Triste acierta a seguir el rastro del carro aunque su olfato ya no es el que era. Jock y él espantarán a los caballos y el carruaje volcará hiriendo a Triste en el proceso. Lo importante es que han conseguido evitar lo que le iba a pasar a Golfo.
La Navidad llega otra vez a la casa de Linda y Jaimito, ahora forman una gran familia, Golfo es uno más en casa y tiene su propio collar, Reina y él han tenido 4 cachorritos, Triste está aún convaleciente del golpe que se llevó durante el rescate de Golfo y Jock sigue tan gruñón como siempre, se queja de que Triste no deja de rememorar la heroicidad de aquella noche, además de seguir recordando (como siempre) las enseñanzas de su "viejo y confiable abuelito" pues ahora tiene a 4 cachorritos que nunca han escuchado ninguna de esas anécdotas.
Este cuento demuestra claramente que no debemos dejarnos llevar por lo que parece que es, pues es muy fácil equivocarse.
La película, producida por Walt Disney, se estrenó el 22 de junio de 1955 (junio tenía que ser...). Como es normal, yo tuve que esperar unos cuantos años para poder verla (gracias Marta por prestármela). Al igual que en los dibujos animados más clásicos (Tom y Jerry por ejemplo) los únicos protagonistas son los animales, a los humanos en raras ocasiones les vemos el rostro, quizás la cara que más vemos es la de Tía Sara (para desgracia de Reina, jeje).
Los animadores de la película se fijaron en diversas razas de perros para poder captar sus movimientos y decidir cuál le viene bien a cada personaje dado su carácter. Curiosamente, la escena más recordada de la película, es decir, la de la cena romántica, hubiese sido cortada de la película siguiendo el criterio de Walt Disney que la consideraba una escena tonta, que no tenía nada de romántica. Uno de los animadores, Frank Thomas, no estaba para nada de acuerdo y decidió montar la escena por su cuenta. Walt se quedó impresionado con el trabajo de Thomas y cómo llenó de romanticismo la escena, por lo que cambió de idea y la mantuvo.
La secuencia Bella Notte, como ellos la llamaban, también presentaba problemas a la hora de dibujar lo que rodea a los personajes, dado que están en un callejón en la parte trasera del restaurante. Para ello Eyvind Early (que se convirtió en el director de arte para La Bella Durmiente) hizo más de 50 bocetos y miniaturas, lo que le convirtió en un hombre clave para este proyecto.
Esta película se convirtió además en la primera película de dibujos animados estrenada en Cinemascope, lo que supuso más problemas para los animadores, debían recordar que sus personajes son los que se mueven a través del decorado en vez de ser el fondo el que se mueve.
La crítica no recibió muy bien la película, pero el paso de los años ha demostrado que no soy la única que siempre recordará esta historia y estos dibujos. En el especial 100 Años... 100 Pasiones del American Film Institute fue elegida en el número 95 entre las "Mejores 100 historias de Amor de Todos los Tiempos", en una lista en la que sólo otra película de dibujos animados se coló, se trataba de La Bella y La Bestia, en el número 34. En Junio de 2011 la revista Time la colocó entre las 25 mejores películas animadas de todos los tiempos.
Supongo que técnicamente hay películas mejores, otras tienen historias más complejas, más críticas,... pero para mí este cuento siempre estará en el número 1, no se si me enamoré de los perros por culpa del cuento o del cuento porque ya me gustaban los perros, lo único que se es que me gana siempre.
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