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sábado, 6 de octubre de 2018

VERDADES INCÓMODAS

Cualquier comentario que yo pueda hacer sobra, desmerecería las palabras de James Rhodes y sería una osadía, él mejor que nadie para poner de manifiesto verdades incómodas, esas que nadie quiere oír...


Basta ya. España debe actuar antes de que sea demasiado tarde
He sido testigo de los tejemanejes y la falsedad de políticos, periodistas y otras organizaciones que tienen un cometido público que no están cumpliendo

Siempre hablo y escribo sobre lo mucho que amo España. Este país me ha cambiado radicalmente la vida a mejor y ansío tener un día la suerte de poder pedir la nacionalidad. Cada vez que expreso la admiración, fascinación y adoración que siento por este país, alguien me dice: "Ya verás cuando descubras la verdadera España". Algo que jamás creí y que me tomaba como una salida de tono del típico tuitero anónimo cabreado. Pero creo que empiezo a entender a lo que se referían.

Como algunos ya sabéis, me reuní con el señor Pedro Sánchez para hablar de una nueva ley para erradicar la violencia que sufre la infancia. Me ofreció todo su apoyo y lo sigue haciendo. Pero lo que ha pasado desde entonces ha sido francamente desolador.

He sido testigo de los tejemanejes, la hipocresía y la falsedad de muchos políticos, periodistas, cadenas de televisión y otras organizaciones que tienen un cometido público que no están cumpliendo. Y debería caérseles la cara de vergüenza, porque están jugando con las vidas de los más pequeños.

En los primeros nueve meses de este año, 18 niños han muerto como resultado de la falta sistémica de protección que tienen los menores en este país. Y seguramente haya más muertes de las que no se tenga constancia.

Tres menores se han quitado la vida. Tenían 12, 15 y 16 años. A otros los mató su padre (el más pequeño tenía solo tres años). Un bebé recién nacido fue asesinado por su madre: lo tiró por la ventana. La lista de nombres, edades, causas de la muerte y culpables hace que se me salten las lágrimas. Solo el año pasado la policía recibió más de 38.000 denuncias por actos violentos cometidos contra niños.

He pensado muchísimo en lo que estoy a punto de decir, pero me temo que la conclusión es tajante: si no se presenta la nueva ley en el Congreso a finales de año y se aprueba en 2019, todos los partidos políticos de este país, de un modo u otro, serán cómplices de la muerte de más niños en los próximos meses y años. Es más, no solo serán cómplices de estos asesinatos inútiles y absurdos, sino también de los miles de abusos, violaciones y actos de violencia que se cometan contra los niños y que son un cáncer que destruye día a día nuestra sociedad.

Nos falta tiempo para acusar al Papa de hacer la vista gorda ante los abusos sistemáticos a niños por parte de la iglesia católica. Y no vemos que el juego político y los diferentes partidos están haciendo exactamente lo mismo.

La prensa es igual de culpable: se dedica a rebuscar alegremente en el pasado de los ministros y se niega a implicarse en las necesidades y medidas políticas que deben (y pueden) ponerse en práctica ya mismo.

Las cadenas también tienen su parte de culpa: Shootball, un documental demoledor, impactante y valiente dirigido por Fèlix Colomer sobre los Maristas (el caso de abusos institucionalizados más tristemente célebre que se recuerda en España) se ha encontrado con el no rotundo a su emisión en Televisión Española, Telecinco, Antena 3, Cuatro, La Sexta y Movistar Plus. ¿Por qué? Porque les aterroriza enemistarse con la Iglesia. La misma Iglesia que sigue permitiendo que se viole a niños en todo el mundo con total impunidad. En vez de ayudar a romper el silencio que rodea al abuso infantil, estos canales son cómplices de mantenerlo en secreto, escondido, manchado por la vergüenza.

También cabe señalar que, de los 13 pedófilos maristas, 12 están en libertad y sin juicio a la vista porque los casos han prescrito (algo que la nueva ley cambiará) y que Joaquín Benítez, que ha confesado, irá a juicio por cuatro delitos en vez de 17 por la misma razón. Y lo que ya resulta increíble es que, habiendo confesado su culpabilidad, el señor Benítez no esté en prisión preventiva y ande suelto.

Voy a ser muy franco sobre la situación en que está la nueva ley de la que hablé con el señor Sánchez hace algunas semanas: El Gobierno tiene en este momento en sus manos una propuesta de ley integral que ha sido preparada por un equipo de abogados y expertos. Es una propuesta muy completa, factible y rigurosa que haría que España fuera la número uno del mundo —¡del mundo!— por sus medidas de prevención y protección a la infancia frente a cualquier tipo de violencia.

Desde el primer momento, el señor Sánchez respaldó esta ley. La ministra de Sanidad también ha mostrado su apoyo incondicional, así como la ministra de Justicia y el ministro del Interior (que tuvo un papel importantísimo en la redacción de la ley en su época de juez).

De hecho, todos los partidos políticos presentes en el Parlamento apoyaron públicamente esta ley y firmaron una propuesta común hace un año pidiéndole al Gobierno que se pusiera manos a la obra y la presentara en el Parlamento para que pudiera aprobarse antes de que acabara la legislatura. Pero, a pesar de todo, sigue sin hacerse nada.

Estamos hablando de una ley que necesita de una respuesta humanitaria que la lleve al Congreso de inmediato y la apruebe cuanto antes. Pero los partidos políticos prefieren utilizarla como arma arrojadiza de manera vergonzosa.

Los partidos de la oposición están tan sedientos de votos y de reconocimiento que no piensan permitir que el Gobierno consiga una victoria que pueda hacerle ganar votos en las próximas elecciones. Aunque Rivera y Casado se comprometan en privado a apoyar la ley y aunque todos los partidos sepan que urge tener una ley que proteja a nuestros menores, prefieren dejar que estos se mueran antes que permitir que el nuevo Gobierno presente esta ley como un logro propio.

Los líderes de los cuatro principales partidos son padres. Casado prometió dar su apoyo a la ley en privado, en una oficina llena de dibujos hechos por sus hijos pequeños. Y su mujer es profesora de educación infantil. Señor Casado, le aseguro que, por lo menos, uno de los alumnos de su mujer sufre abusos. Es probable que muchos más.

Con sus artimañas, manipulaciones y engaños, los partidos de la oposición hacen que todo se retrase. Piden que se celebren comisiones y consultas y que se formen grupos de expertos que estudien cualquier cambio que pueda producirse en el sistema actual. Exigen un consenso total, del 100% de la Cámara, y desmenuzan cada pequeño detalle sobre la violencia ejercida contra los niños para llevarlo a debate. Alegan que lo hacen "para ser meticulosos", pero lo que de verdad quieren es evitar que el señor Sánchez pueda anotarse un tanto con esta ley. Como si esto fuera un juego que hay que ganar a toda costa aunque otros mueran por el camino.

Y lo hacen a pesar de ser conocedores de que en la propuesta de ley en manos del Gobierno han intervenido ONG, cuerpos policiales, jueces, académicos y muchos otros expertos cualificados, incluido el equipo del anterior Gobierno. Sabiendo, además, que la propuesta está en fase de consulta y prácticamente acabada. Lo saben. Y les da igual.

Que los políticos tienen mala fama es un secreto a voces. Alguien que se esfuerza tanto por llegar al poder suele ser más susceptible a la corrupción y al ego.

Os prometo que si hubieran forzado, penetrado oral o analmente, estrangulado, golpeado y utilizado como si fuera poco más que un juguete sexual a alguno de los hijos de Sánchez, Casado, Iglesias o Rivera (esa fue mi vida de los seis a los diez años), yo no tendría que escribir este artículo hoy.

Si los niños pudieran votar yo no tendría que escribir este artículo hoy. Si los políticos fueran igual de valientes que los supervivientes que se atreven a romper el silencio y antepusieran la humanidad a sus jueguecitos de poder, yo no tendría que escribir este artículo hoy. Me parece increíble tener que seguir reivindicando esto, joder. Es increíble que tenga que pasarme infinitas noches en vela pensando en esto, llorando de la rabia.

Es increíble que mi madre esté sometiéndose en este momento a un tratamiento de quimioterapia de ocho sesiones y a un trasplante de células madre que le dará un 60 % de posibilidades de seguir viva en cuatro semanas y que yo tenga que buscar horas para escribir este artículo al pie de su cama del hospital.

Y a pesar de todo, mi amor por España no se ha enfriado. En todo caso, lo que he visto en las últimas semanas ha tenido el efecto contrario. Estoy más decidido que nunca a proteger mi hogar y a los niños y niñas que viven aquí.

Os pido que me prestéis vuestro apoyo. Le pido a la prensa que le dé una prioridad absoluta a este tema.

Les pido a los líderes y a los miembros de los partidos políticos españoles que se dejen de juegos y que se den cuenta de que esto no tiene que ver con la política, sino con la humanidad. Se trata de proteger a los más vulnerables. De resistir el ansia de ganar votos con sus discursos mientras haya niños que sigan muriendo por culpa de su (falta de) actitud. De actuar como padres y no como políticos.

Se lo suplico. El futuro de la nueva ley está en sus manos. Si no llega al Congreso antes de que acabe el año, será demasiado tarde. Cualquier retraso importante hará imposible que salga adelante en esta legislatura, y podrían pasar años antes de tener otra situación tan favorable. Tienen la oportunidad única y extraordinaria de hacer lo correcto, que es algo que nadie espera de los políticos. Sorpréndannos. Háganlo.

En el mundo hay dos tipos de personas: las que lo contaminan y las que limpian el desastre que han dejado las otras. En España, la infancia está contaminada. Está en un puto vertedero tóxico. Arremánguense y pónganse manos a la obra. Háganlo ya, sin esperar recompensa ni reconocimiento, y pónganle empeño. Si puedo ayudarles de algún modo, cuenten conmigo. Estoy seguro de que muchos más también están dispuestos a echar una mano. Estamos a su disposición a cualquier hora del día, los siete días de la semana. Pídannos lo que quieran.

Les pido que aúnen sus esfuerzos, que presenten el anteproyecto en el Congreso pronto y que lo aprueben como si les fuera la vida en ello. Porque la verdad es que sí va la vida en ello. La de nuestros niños. Y cuando lo hayan hecho, sigan con sus estrategias y sus juegos, no faltaría más; discutan sobre las tesis y los másteres y las grabaciones de hace mil años y hagan lo que les dé la real gana. Porque por lo menos entonces miles de niños y yo podremos al fin conciliar el sueño sabiendo que España es un lugar más seguro.


James Rhodes es pianista, autor del libro Instrumental. Memorias de música, medicina y locura (Blackie Books)

sábado, 8 de septiembre de 2018

LAS DOS CARAS DE UNA MISMA HISTORIA

En 2016 se estrenó una serie titulada Lethal Weapon (Arma Letal) que trataba de llevar a la pequeña pantalla las aventuras y desventuras de los detectives Martin Riggs y Roger Murtaugh.

Todos recordamos la serie de películas protagonizadas por Mel Gibson y Danny Glober. Lógicamente lo primero que necesitaban los productores era a la pareja de actores protagonistas. 

Damon Wayans se hizo con el rol del detective Murtaugh, después de acudir a los productores con un proyecto propio. Es muy posible que el actor creyese que la serie no iba a pasar del episodio piloto, visto su comportamiento posterior. El papel de Martin Riggs cayó en las manos de un semidesconocido actor de Alabama, llamado Clayne Crawford. 

A lo largo de la primera temporada los rumores de mal rollo en el set corrían como la pólvora, sin embargo, en pantalla, nadie diría eso, porque la química entre los dos actores es increíble. Crawford dice que, seguramente, se debe a que Damon no quería estar allí realmente, y esa actitud de frustración y hartazgo favorecía a su interpretación del detective Murtaugh, un poco cansado de lidiar con Riggs. 

Durante el parón de rodaje entre temporada y temporada, Clayne estaba totalmente decidido a abandonar la serie, no aguantaba lidiar con Damon pero, durante el viaje de promoción por Europa, los productores trataron de convencerle por todos los medios, le "vendieron" que Damon había cambiado mucho, veía el mundo de otro modo después de ser operado de un tumor en el cerebro, en su glándula pituitaria. Clayton no acababa de creerselo pero, en París, Damon se disculpó con él por su actitud en el set y los productores le prometieron rodar un episodio, lo que finalmente le convenció para firmar por una segunda temporada.  

A pesar de todo lo que le habían prometido la actitud de Wayans no cambió. Tenían que rodar dentro de una iglesia y, cuando todo está preparado para empezar,  el tipo dice que él no rodará dentro de una iglesia y se va a casa. Lo peor es que los productores se lo permitieron, porque el tipo tenía los guiones, pero no se los leía, para poder comunicar a los compañeron qué está dispuesto a hacer y qué no. A Clayton le parecía un comportamiento poco profesional pero si se quejaba le chantajeaban con hacer públicas las cintas en las que perdía los estribos en el set. De este modo Clayton estaba jorobado, hiciese lo que hiciese saldría perdiendo. 

Las hostilidades entre los dos actores se intensificaron durante el episodio que el  actor dirigió. Un episodio tarda en rodarse 9 días y el primer día Damon llama para decir que se siente mal y que no irá al trabajo, al día siguiente se presentó en el set fresco como una lechuga y al preguntarle cómo se encontraba, simplemente le contestó: "venga tío, todos necesitamos un día libre de vez en cuando". A Clayne le costó no perder los estribos, pero se aguantó. 




Durante una toma, Damon se hizo daño y empezó a culpar a los encargados de preparar las escenas de acción, a decir que alguien debería ser despedido y se fue a casa. Clayne volvió a quedarse sin uno de los actores principales otra vez, por mucho que le gustase la espalda del doble a la gente le gusta ver la cara de Damon, de ahí en adelante decidió que no cogería un arma en la mano ni haría ninguna escena de acción. 




Con todas estas cosas Clayne volvió a perder los estribos en el set, de hecho esa cinta en la que se le ve discutiendo con Damon se filtró y los productores le pidieron que hiciese una declaración pública, para él era un modo de admitir que todo lo que decían de él era cierto, al final decidió hacerlo, pero no sólo eso, le obligaron a pagar la mitad del sueldo de un episodio como multa, y tuvo que emplear su break para comer en acudir a un seminario, para controlar su ira. Pero eso no era lo más humillante, lo más humillante de todo es que un guardia de seguridad le acompañaba hasta allí.

Hacia el final de la segunda temporada empezó a rumorearse que Clayton va a ser reemplazado, pero él no llegó a creerselo nunca, simplemente pensó que era un rumor como muchos otros, pero cuando apareció la foto de su recambio, Seann William Scott (que curiosamente es amigo de Damon Jr.) empezó a darle credibilidad a esos rumores, aún así, le parecía algo impensable que en una serie en la que el protagonista es Riggs, eliminasen a Riggs porque ¿qué sentido tiene?


Sin embargo la noticia se hizo oficial en los medios pero,  aunque la tercera temporada está a punto de empezar a emitirse, nadie tuvo la delicadeza de comunicar a Clayne Crawford que estaba despedido. Para Clayton lo peor es que hayan despedido a gran parte del equipo de rodaje, curiosamente todos aquellos que no eran pro-Damon. A Clayton esto le pareció fatal porque esa gente era anónima y les costaba bastante hacer su trabajo, como para que les despidan sin motivo, por eso llamó de forma anónima a la revista Variety para contar la versión de estas personas. 

Después de todo lo que se había dicho, Clayton no había hecho ningún comentario al respecto, pero para él la gota que colmó el vaso es que siguiesen usando su cara y todos esos supuestos incidentes para promocionar la serie, es por todo esto que se decidió a contar su versión de los hechos.




Al final uno no sabe con qué versión de esta historia quedarse pero, visto el trailer de la tercera temporada, yo me quedo con la de Clayne Crawford, cada cual que saque sus conclusiones...

    

jueves, 30 de agosto de 2018

DECLARACIONES DE INTENCIONES

Esta es una recopilación de distintos discursos o cartas abiertas hechas por varios actores que han tenido mucha repercusión en los medios por muy diferentes motivos. Creo que merece la pena echarles un ojo:


Thank you, for those kind words and for the even kinder work that you and the Human Rights Campaign Foundation do every day — especially on behalf of the lesbian, gay, bisexual and transgender young people here and across America.

It’s such an honor to be here at the inaugural Time to THRIVE conference. But it’s a little weird, too. Here I am, in this room because of an organization whose work I deeply admire. And I’m surrounded by people who make it their life’s work to make other people’s lives better — profoundly better. Some of you teach young people. Some of you help young people heal and to find their voice. Some of you listen. Some of you take action. Some of you are young people yourselves... in which case, it’s even weirder for a person like me to be speaking to you.

It’s weird because here I am, an actress, representing — at least in some sense — an industry that places crushing standards on all of us. Not just young people, but everyone. Standards of beauty. Of a good life. Of success. Standards that, I hate to admit, have affected me. You have ideas planted in your head, thoughts you never had before, that tell you how you have to act, how you have to dress and who you have to be. I have been trying to push back, to be authentic, to follow my heart, but it can be hard.

But that’s why I’m here. In this room, all of you, all of us, can do so much more together than any one person can do alone. And I hope that thought bolsters you as much as it does me. I hope the workshops you’ll go to over the next few days give you strength. Because I can only imagine that there are days — when you’ve worked longer hours than your boss realizes or cares about, just to help a kid who you know can make it. Days where you feel completely alone. Undermined. Or hopeless.

I know there are people in this room who go to school every day and get treated like shit for no reason. Or you go home and you feel like you can’t tell your parents the whole truth about yourself. Beyond putting yourself in one box or another, you worry about the future. About college or work or even your physical safety. Trying to create that mental picture of your life — of what on earth is going to happen to you — can crush you a little bit every day. It is toxic and painful and deeply unfair.

Sometimes it’s the little, insignificant stuff that can tear you down. I try not to read gossip as a rule, but the other day a website ran an article with a picture of me wearing sweatpants on the way to the gym. The writer asked, “Why does [this] petite beauty insist upon dressing like a massive man?”

Because I like to be comfortable. There are pervasive stereotypes about masculinity and femininity that define how we are all supposed to act, dress and speak. They serve no one. Anyone who defies these so-called ‘norms’ becomes worthy of comment and scrutiny. The LGBT community knows this all too well.

Yet there is courage all around us. The football hero, Michael Sam. The actress, Laverne Cox. The musicians Tegan and Sara Quinn. The family that supports their daughter or son who has come out. And there is courage in this room. All of you.

I’m inspired to be in this room because every single one of you is here for the same reason. You’re here because you’ve adopted as a core motivation the simple fact that this world would be a whole lot better if we just made an effort to be less horrible to one another. If we took just 5 minutes to recognize each other’s beauty, instead of attacking each other for our differences. That’s not hard. It’s really an easier and better way to live. And ultimately, it saves lives.

Then again, it’s not easy at all. It can be the hardest thing, because loving other people starts with loving ourselves and accepting ourselves. I know many of you have struggled with this. I draw upon your strength and your support, and have, in ways you will never know.

I’m here today because I am gay. And because... maybe I can make a difference. To help others have an easier and more hopeful time. Regardless, for me, I feel a personal obligation and a social responsibility.

I also do it selfishly, because I am tired of hiding and I am tired of lying by omission. I suffered for years because I was scared to be out. My spirit suffered, my mental health suffered and my relationships suffered. And I’m standing here today, with all of you, on the other side of that pain. I am young, yes, but what I have learned is that love, the beauty of it, the joy of it and yes, even the pain of it, is the most incredible gift to give and to receive as a human being. And we deserve to experience love fully, equally, without shame and without compromise.

There are too many kids out there suffering from bullying, rejection, or simply being mistreated because of who they are. Too many dropouts. Too much abuse. Too many homeless. Too many suicides. You can change that and you are changing it.

But you never needed me to tell you that. That’s why this was a little bit weird. The only thing I can really say is what I’ve been building up to for the past 5 minutes. Thank you. Thank you for inspiring me. Thank you for giving me hope, and please keep changing the world for people like me.

Happy Valentine’s Day. I love you. 




First and foremost I want to personally thank the Human Rights Campaign for the incredible work that they’ve done and the work they continue to do. Not only here in Washington State but across the country and around the world. As we all know this work is critical, it’s life-changing, it’s live-saving. It is my great honor and privilege to be here tonight, to count myself a member of this community. It is also something of a surprise.


I’ve had a complicated relationship with that word, ‘community.’ I’ve been slow to embrace it. I’ve been hesitant. I’ve been doubtful. For many years I could not or would not accept that there was anything in that word for someone like me. Like connection and support, strength, warmth. And there are reasons for that. I wasn’t born in this country.  I didn’t grow up in any one particular religion. I have a mixed race background, and I’m gay. Really, it’s just your typical all-American boy next door. (chuckles) It has been natural to see myself as an individual. It’s been a challenge to see that self as part of something larger. Like many of you here tonight, I grew up in what I would call survival mode.

When you’re in survival mode, your focus is on getting through the day in one piece, and when you’re in that mode at 5, at 10, at 15, there isn’t a lot of space for words like ‘community,’ for words like ‘us’ and ‘we.’ There’s only space for ‘I’ and ‘me.’ In fact, words like ‘us’ and ‘we’ not only sounded foreign to me at 5 and 10 and 15, they sounded like a lie. Because if ‘us’ and ‘we’ really existed, if there was really someone out there watching and listening and caring, then I would have been rescued by now.

That feeling of being singular and different and alone carried over into my 20s and into my 30s. When I was 33, I started working on a TV show that was successful not only here in the States, but also abroad, which meant over the next 4 years, I was traveling to Asia, to the Middle East, to Europe, and everywhere in between, and in that time, I gave thousands of interviews. I had multiple opportunities to speak my truth, which is that I was gay, but I chose not to. I was out privately to family and friends, to the people I’d learned to trust over time, but professionally, publicly I was not. Asked to choose between being out of integrity and out of the closet, I chose the former. I chose to lie, I chose to dissemble, because when I thought about the possibility of coming out, about how that might impact me and the career I’d worked so hard for, I was filled with fear. Fear and anger and a stubborn resistance that had built up over many years. When I thought about that kid somewhere out there who might be inspired or moved by me taking a stand and speaking my truth, my mental response was consistently, ‘No thank you.’ I thought, I’ve spent over a decade building this career, alone, by myself, and from a certain point of view, it’s all I have. But now I’m supposed to put that at risk to be a role model, to someone I’ve never met, who I’m not even sure exists. That didn’t make any sense to me. That did not resonate… at the time.

Also, like many of you here tonight, growing up I was a target. Speaking the right way, standing the right way, holding your wrist the right way. Every day was a test and there were a thousand ways to fail. A thousand ways to betray yourself. To not live up to someone else’s standard of what was acceptable, of what was normal. And when you failed the test, which was guaranteed, there was a price to pay. Emotional. Psychological. Physical. And like many of you, I paid that price, more than once, in a variety of ways.

The first time that I tried to kill myself, I was 15. I waited until my family went away for the weekend and I was alone in the house and I swallowed a bottle of pills. I don’t remember what happened over the next couple of days, but I’m pretty sure come Monday morning I was on the bus back to school, pretending everything was fine. And when someone asked me if that was a cry for help, I say no, because I told no one. You only cry for help if you believe there’s help to cry for. And I didn’t. I wanted out. I wanted gone. At 15.

‘I am me’ can be a lonely place, and it will only get you so far.

By 2011, I’d made the decision to walk away from acting and many of the things I’d previously believed so important to me. And after I’d given up the scripts and the sets which I’d dreamed of as a child, and the resulting attention and scrutiny which I had not dreamed of as a child, the only thing I was left with was what I had when I started. ‘I am me,’ and it was not enough.

In 2012, I joined a men’s group called The Mankind Project, which is a men’s group for all men, and was introduced to the still foreign and still potentially threatening concepts of ‘us’ and ‘we,’ to the idea of brotherhood, sisterhood and community. And it was via that community that I became a member and proud supporter of the Human Rights Campaign, and it was via this community that I learned more about the persecution of my LGBT brothers and sisters in Russia.

Several weeks ago, when I was drafting my letter to the St. Petersburg International Film Festival, declining their invitation to attend, a small nagging voice in my head insisted that no one would notice. That no one was watching or listening or caring. But this time, finally, I knew that voice was wrong. I thought if even one person notices this letter in which I speak my truth, and integrate my small story into a much larger and more important one, is worth sending. I thought, let me be to someone else what no one was to me. Let me send a message to that kid, maybe in America, maybe someplace far overseas, maybe somewhere deep inside, a kid who’s being targeted at home or at school or in the streets, that someone is watching and listening and caring. That there is an ‘us,’ that there is a ‘we,’ and that kid or teenager or adult is loved, and they are not alone.


I am deeply grateful to the Human Rights Campaign for giving me and others like me the opportunity and the platform and the imperative to tell my story, to continue sending that message, because it needs to be sent, over and over again, until it’s been heard and received and embraced.  Not just here in Washington State, not just across the country, but around the world, and then back again. Just in case. Just in case we miss someone. 




Hoy quiero decir lo que pienso y pues al que le acomode bien. Hoy 2012 me divierto más. Escucho más la música que me gusta como @ChavelaVargas @manuchao @Calle13Oficial @BuikaMusic leo @lydiacachosi #Galeano #sabines #Neruda #carlosfuentes y dejo de escuchar a los políticos. Y es que ya me cansé de hacer lo que no quiero. Muchas veces he sido feliz pero no me di cuenta. Amo. Me amo.

No creo en la manipulación, me tiene adormecida. El gobierno. La religión. La política. Los medios. La sociedad. La suciedad. Los que me juzgan y señalan pero también me exigen y me aplauden.

No creo en el matrimonio, creo en el amor. No creo en la idea de que DEBO estar con alguien por el resto de mi vida, eso sólo me crea culpa e infelicidad cuando he fracasado, de hecho, no creo en el fracaso, creo en salir adelante, en tomar decisiones buenas o malas, creo en cambiar de opinión tan seguido como sea necesario.

Añoro la primera vez de todo. Por eso creo que no importa cuanto ame a mi pareja necesito sentir eso que se siente las primeras veces en el estómago y que te recorre todo el cuerpo, no importa cuanto lo ame o que tan bello sea, necesito esa sensación a la cual soy adicta. Todos lo añoramos pero no nos atrevemos a decirlo. No será que las relaciones deberían de durar hasta que "eso" se acaba?

No creo en la monogamia, creo en la lealtad, en mis sensaciones, en lo que siento y dejo sentir a mi cuerpo.

No creo en el castigo ni en el pecado, no creo en como crecí creyendo que todo era pecado, hasta mi cuerpo, de hecho no creo en como la Biblia nos manipula en algunos de sus pasajes (los cuales seguro leyó Peña Nieto) para tener remordimientos, culpa y sobre todo MIEDO. Es más, no creo en nada que haya sido hecho por el hombre que me haga sentir perversa, que me haga sentir menos, culpable o avergonzada de mi sexualidad.

No creo en la Iglesia y en cualquier caso, no creo en la religión, pero si creo en Dios puesto que lo veo en mis ojos a través del espejo todos los días.

No creo en las enfermedades porque he aprendido como sus curas me han sido negadas, escondidas.

No creo en ninguna institución o ley que se dedican a aterrorizarme y quitarme mi dinero.

No creo en al Papa ni en el Vaticano con todo y su riqueza como tampoco creo en los sacerdotes ya que creo que el ser humano debe disfrutar del amor carnal, del sexo y de preferencia sin esconderse ni lastimando a nadie.

Nací desnuda sin leyes ni religión, esas las creó el hombre, como la Biblia y tengo la ligera sospecha de que se la inventaron sólo para seguir la manipulación y lucrar a favor de unos cuantos.

Creo en lo que siento y es por eso que creo en el miedo, me mantiene alerta, todo lo que experimente con mis 5 sentidos es lo que importa, lo que es real.

No creo en la sociedad ya que me ha hecho sentir avergonzada de quien soy, incompleta, pero es un hecho de que trato con todas mis ganas de entenderla y vivir en paz dentro de ella. Creo en mi y en mi única verdad, por que soy con quien tengo que lidiar cada segundo, aparte de mi, creo que no creo...

No creo en juzgar ya que sólo yo soy responsable de mi actuar y me faltaría vida.

No creo en la moral ya que varía enormemente entre el ser humano, creo en lo que me hace sentir bien o mal de mi misma para poder ir a dormir tranquila pero no en lo que la sociedad quiere hacerme sentir.

Creo en el bien.

Creo, a pesar de todo lo que acabo de escribir, en la raza humana, por que amo, odio, me arrepiento, me equivoco, lastimo, ayudo, siento, "fracaso", lloro, sufro, envidio, tengo dolores profundos, tengo sexo, tengo sueños, fantasías, deseos, pido ayuda, recibo, doy, lucho, salgo adelante, me olvido, me enfurezco, me río, espero, soy paciente, soy impaciente, aguanto...estoy viva y por eso agradezco a Dios todos los días, por ser quien soy, bien o mal.

Hoy creo más en el Chapo Guzmán que en los gobiernos que me esconden verdades aunque sean dolorosas, quienes esconden la cura para el cáncer, el sida, etc. para su propio beneficio y riqueza.

SR. CHAPO, NO ESTARIA PADRE QUE EMPEZARA A TRAFICAR CON EL BIEN? CON LAS CURAS PARA LAS ENFERMEDADES, CON COMIDA PARA LOS NIÑOS DE LA CALLE, CON ALCOHOL PARA LOS ASILOS DE ANSIANOS QUE NO LOS DEJAN PASAR SUS ULTIMOS AÑOS HACIENDO LO QUE SE LES PEGUE LA REVERENDA CHINGADA, CON TRAFICAR CON POLITICOS CORRUPTOS Y NO CON MUJERES Y NIÑOS QUE TERMINAN COMO ESCLAVOS? CON QUEMAR TODOS ESOS "PUTEROS" DONDE LA MUJER NO VALE MAS QUE UNA CAJETILLA DE CIGARROS, SIN OFERTA NO HAY DEMANDA, ANIMESE DON, SERIA USTED EL HEROE DE HEROES, TRAFIQUEMOS CON AMOR, USTED SABE COMO.

"La vida es un negocio, lo único que cambia es la mercancía" que no?

-no a la culpa
-no al remordimiento
-no a la vergüenza
-no a la impunidad
-no a las diferencias raciales
-no a la política
-no a la religión
-no a señalar
-no al silencio
-no a la corrupción
-no al enriquecimiento ilícito
-no a coartar nuestros sueños
-no más sangre
-si a la vida
los quiero,
kate 

miércoles, 29 de agosto de 2018

MARLON BRANDO

Después de hablar del rey del Rock es necesario, inevitable, hablar del hombre que ha sido, es y será (porque nadie ha conseguido superarle) el mejor actor de todos los tiempos, (siempre, en mi opinión) aquel con el que se miden todos los demás, ese es sin lugar a dudas MARLON BRANDO












Nació en Omaha, Nebrasca el 3 de Abril de 1924 lo que quiere decir que su signo del zodiaco es Aries, signo de fuego, apasionado, lo que describe el carácter de este hombre a la perfección. 

Su carrera como actor empezó mucho antes de que supiese que lo que hacía era actuar. Su madre Jocelyn era alcohólica y él imitaba a los animales de la granja y se inventaba pequeñas representaciones sólo para mantenerla distraída, alejada de la bebida. De algún modo, era él el que intentaba cuidar de su madre y no al revés. 

Cuando cumplió 19 años se mudó a Nueva York, sus dos hermanas, junto con sus familias, se mudaron también. El joven Marlon empieza a trabajar como ascensorista y, un día, movido por la curiosidad, cruzó la calle para ver dónde iban todos aquellos jóvenes que él veía entrar en el edificio de enfrente, todos los días. Resultó ser una escuela de interpretación, allí conocerá a Stella Adler y descubrirá una pasión que no sabía que tenía. 

Su magnetismo le abrió las puertas del teatro. Nadie duda que aquel chico tenía algo muy especial, hacía que todo el mundo diese un respingo en su silla cuando él entraba en la habitación. Después de pequeños papeles le llegará el papel que le cambia la vida, el de Stanley en Un Tranvía llamado deseo. Elia Kazan dirige esta obra de teatro escrita por Tennessee Williams. La obra fue un éxito incontestable de crítica y público.  

Su primera película, The Men (1950), pasó sin pena ni gloria pero para el mundillo del cine lo que es seguro es que Marlon no pasó desapercibido, había nacido una estrella. 


Después de esta le llegaría su primer gran papel en la gran pantalla, repite el papel de Stanley Kowalski en Un Tranvía llamado Deseo (1951) que tantas alegrías le había dado en el teatro. Junto a él repitió prácticamente el mismo equipo, Elia Kazan volvió a dirigir y el cast era el mismo, a excepción de Vivian Leigh que interpreta el papel de la cuñada Blanche. Su interpretación en esta película le dio la primera nominación a los premios Oscar.

Su modo de interpretar era diferente a todo lo que se había visto hasta entonces, dominador de los silencios como nadie, de un modo instintivo. Rita Moreno (que fue su pareja de un modo intermitente a lo largo de 10 años) decía que era como si tuviese que pararse a pensar lo que uno le decía, ella contaba, divertida, que esos silencios alargaban sus conversaciones telefónicas de tal modo que, en una ocasión, le dio tiempo a hacerse manicura y pedicura entre silencio y silencio.


Al año siguiente llegaría Viva Zapata! (1952) que recogía la biografía del líder revolucionario mejicano Emiliano Zapata. Brando encontró por fin el modo de canalizar su propia rebeldía. La película fue dirigida por Elia Kazan, (de nuevo trabajan juntos),  y co-protagonizada por Anthony Quinn. Este papel le reporta la segunda nominación a los Oscar. 


En aquella época, el senador McCarthy llevaba a cabo una caza de brujas dentro del mundo del cine, les interrogaba acerca de su relación con el Partido Comunista. En 1952 le llega el turno de testificar a Elia Kazan que, al verse presionado por el senador, no sólo admite su relación con el Partido años atrás sino que también delata a varios de sus compañeros. Brando se siente muy decepcionado con el que considera su "padre espiritual" en el mundo del cine, en el momento en el que más lo necesitaba, porque va a enfrentarse, por primera vez, a un Shakespeare, en la película de Joseph L. Mankiewitz, Julio Cesar. El disléxico de Omaha se sentía como pez fuera del agua, entre los "preparados" actores ingleses que conformaban el reparto. 

Si se preguntaba a cualquiera quién era el mejor actor del mundo, en aquella época el nombre que se repetiría era el de Sir Laurence Olivier, pero después de ver a Brando en esta película, si se  realizase la misma pregunta, la respuesta sería otra. Hay un antes y un después de Marlon Brando y todos los actores se medirán con él.  

En su siguiente película, Salvaje (1953), Brando encarna al cabecilla de una banda de moteros. El look y temática de la película convirtió a Brando en el héroe de la generación del rock & roll que estaba naciendo, así como el modelo a seguir de jóvenes actores como James Dean, que copiará a Brando en todo lo que se nos puede ocurrir, debido a la gran admiración que sentía por él.  

En 1954 le llega el papel de su consagración en la película La ley del silencio, en la que Brando encarna a Terry Maloy. Brando rechazó el papel en varias ocasiones, todavía estaba un poco resentido con Elia Kazan, que era el director de la película. El papel casi acaba en manos de Frank Sinatra, un cheque de 100.000€ enviado por el productor de la película, Sam Spiegel, hizo que Brando cambiase de idea. Aunque no lo admitió, Kazan estaba muy contento con lo ocurrido, porque él siempre vio a Brando en el papel de Terry. 


Marlon refleja una sensibilidad bajo la chulería de su personaje que encandiló al público y a Kazan, que admiraba la intuición de Brando para ver ese lado de su personaje. De hecho, Marlon, dió la lata sin parar con respecto a una escena muy concreta de la película. En ella, Charlie encañonaba a su hermano Terry, se trata de la famosa escena de "yo podría haber sido alguien", a Brando le parecía poco realista que, su personaje, pudiera creer a su hermano capaz de dispararle, Kazan admiró profundamente lo que el actor hizo con la escena, esa manera de apartar la pistola suavemente y, lo único que Terry dice es Oh Charlie!... con amor, melancolía incluso con dolor. Según Kazan "si esa no es la mejor interpretación hecha por un hombre en la historia del cine americano no se cuál puede ser". Este papel le da a Brando su primer Oscar que recoge de manos de Bette Davis (vaya pareja!!).     

En 1955 repite a las órdenes de Joseph L. Mankievitz en una película que es una rareza dentro de su filmografía, por tratarse del único musical que hizo. En Ellos y Ellas Brando canta y baila con bastante acierto, cosa que uno, a priori, no diría de él (jeje). En el film comparte cartel con Frank Sinatra y Jean Simmons. La película no funcionó bien en taquilla y la crítica destrozó el modo de cantar de Brando. Sus mayores detractores, hasta el momento,  hacían hincapié en su modo de hablar, siempre balbuceando, y con esta película tuvieron una gran oportunidad para meterse con él. Durante el rodaje, la relación entre él y Sinatra fue muy fría, Brando era un actor que necesitaba varias tomas y a Frank no le gustaba repetirse a sí mismo, se refería a Brando como "mumbles" (balbuceos) y, después de esta película no quiso volver a oír hablar de "esa mierda del Actor's Studio". 


A los 15 años era un marginado solitario, y a los 31 era un actor de fama mundial. que no pasa desapercibido allá donde va. Era un hombre al que le gustaba divertirse, le encantaba el sexo y, en parte gracias a su fama, no había mujer que se le resistiese. En una ocasión se empeñó en que debía conocer a la chica que ocupaba la portada de la revista LIFE. Se trataba de una jovencísima Rita Moreno, los dos compartían una pasión desbordada el uno por el otro, pero Brando nunca supo ser fiel, sus amigos decían que necesitaba tener a 3 mujeres a la vez. 

Rita recuerda que, en una ocasión estaba tan enfadada con él, porque la había vuelto a engañar, que, cuando recibió la llamada del mánager de Elvis Presley que quería conocerla, no dudó en aceptar la cita, cambiar a un rey por otro. Las cosas no salieron tan bien porque por muy encantador que fuese Elvis siempre salía perdiendo en la comparación con Brando. 

En 1957 Marlon se casa con Anna Kashfi con la que tiene a su primer hijo Christian Brando. El matrimonio no durará y en 1959 se divorcian. Brando no tarda en casarse de nuevo, en 1960 se casa con la Mexicana Movita Castaneda con la que tuvo 2 hijos, sobra decir que este matrimonio tampoco duró, en 1962 se divorciaron. Brando se muda a Hawaii para rodar y en el set conoce a su tercera esposa Tarita Teriipaia, 18 años más joven que él, lo que no impidió que se casaran en Agosto de 1962. 


Brando, además de estar distraído por su nueva conquista, en el set de Hawaii de Rebelión a bordo hace notar su poder, poniendo pegas al guión y a todo lo demás, lo que le convierte en alguien con el que es muy difícil trabajar. 



En su vida personal, Brando se convirtió en defensor de varias causas, pero la lucha por los derechos de los negros le moverá de un modo especial y acude a la marcha organizada en Alabama, a la que Matin Luther King también asistió. Este momento personal le anima a aceptar el papel del Sheriff en la película de 1966 La Jauría Humana (una de las favoritas de mi madre) en ella hacía su debut un jovencísimo Robert Redford. El activista y el actor se reconcilian en este personaje que lucha a contracorriente por los más débiles (en la película). Sin embargo, el Marlon hombre, se comportó como un niño malcriado durante el rodaje. 

El resultado final fue aplaudido por la crítica, aunque no funcionó en taquilla, con este y otros fracasos parece como si su estrella se hubiese apagado.


En 1972 llega a su vida un papel por el que Brando está dispuesto a pelear y eso, hace mucho que no le pasaba. Ese papel es el de Vito Corleone en El Padrino, adaptación de la novela de Mario Puzo,  que un joven Francis Frod Coppola va a dirigir y está dispuesto a jugárselo todo a una carta, a pesar de que los productores y el estudio no querían ni oír el nombre de Marlon Brando, mucho menos contratarle. 

Todos los miembros del cast (Al Pacino, Robert Duvall, James Caan, Diane Keaton, Talia Shire,...) representaban a la nueva generación de actores y le admiraban profundamente, querían aprender de él, de su técnica, su modo de trabajo,... El rey de los actores de método ha recuperado su trono, consigue su segundo Oscar, que no estuvo exento de polémica. Brando no acudió a la gala, mandó en su lugar a una mujer india, para hacer un alegato en contra del modo en que los indios han sido retratados en el cine. Los compañeros del mundo del cine no se tomaron nada bien este desaire a su institución.  

Brando encadenó este rodaje con el de El último Tango en París a las órdenes de Bernardo Bertolucci. En ella interpreta a un hombre solitario que acaba de perder a su esposa. En esta película Brando se reencuentra con lo que una vez fue. El rodaje fue muy complicado porque Brando no era capaz de aprenderse sus diálogos, según él porque no tiene memoria. El monólogo que recita ante el cuerpo de su mujer lo escribió él mismo en una pared, pero no lo leía, se fijaba en una palabra y, a partir de ella, recreaba todo lo demás. El actor se abrió de una manera única, para dar vida a este personaje y no vuelve a hacerlo.


Brando se retiró a Tetiaroa, un grupo de pequeños islotes o atolones de los que se convirtió en propietario. Cuando volvió a Los Ángeles se notaba su falta de ganas de actuar, sólo salía de su autoimpuesto destierro por dinero. Incrementó su caché más y más: cobró 5 millones por 10 minutos en Cristobal Colón, 10 millones por 5 días de trabajo en Superman

Era muy curioso, pues el tener a Brando contratado hacía que los proyectos fuesen tomados en serio, sin embargo sus problemas de memoria eran cada vez más evidentes. En Apocalisis Now (1979) con Coppola al mando, otra vez, Brando hará otra de sus magníficas y perturbadoras interpretaciones. El juego de luces y sombras usado para ocultar los cartelones con sus diálogos, hacían a su personaje más perturbador.

Los siguientes 10 años los pasa sin trabajar y será una mala época en su vida personal. Su mejor amigo y abogado se suicidó y su compañera muere en un accidente de coche. Marlon sufre pero no ahoga sus penas en alcohol, las ahoga comiendo, llega a pesar 130 Kg. Se convirtió en una caricatura de sí mismo, desagradable, cruel, dado a los excesos,... 


Brando tuvo 12 hijos de 7 mujeres diferentes y 2 de ellos se verán envueltos en sucesos muy desagradable. Cheyenne, fruto de su matrimonio con Tarita, está viviendo en la casa de Mullholland junto a su compañero Doug. Cerca de esta casa vive otro de los hijos de Brando, Christian que irrumpirá en casa de su hermana, donde mata a Doug. Christian no distingue la realidad de la ficción a causa del abuso de las drogas y el alcohol. Durante el juicio, Brando es el último testigo en declarar y, durante 2 horas interpreta su papel más importante. Christian fué condenado a 10 años de cárcel,  Cheyenne se suicidó poco tiempo después. 

Su última película fue The Score (El Golpe) en el año 2001 en la que compartía pantalla con Robert De Niro y, durante el rodaje,  era a la única persona que él hacía caso, el único al que respetaba.

A pesar de todas sus sombras, a Brando siempre  le recordaremos por esos momentos en los que ha brillado con luz propia, en la piel de los personajes a los que dio forma de ese modo tan personal, tan intuitivo, que no tiene comparación.