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miércoles, 30 de marzo de 2016

JAMES DEAN

"Vive deprisa, muere joven y deja un bonito cadáver" 












La leyenda dice que esta Frase fue acuñada por James Byron Dean, él siguió su propio consejo hasta las últimas consecuencias y, al final, cumplió sólo dos de esas tres afirmaciones. Su muerte, en un aparatoso accidente de tráfico impidió la última afirmación de su célebre frase. 

Aunque la historia le recuerda como James Dean a secas, nació bajo el nombre de James Byron Dean el 8 de Febrero de 1931 en Marion (Indiana). La familia se mudó a Los Ángeles, pero cuando su madre falleció (él tenía sólo 8 años) su padre decidió que lo mejor era que se volviese a Indiana a vivir con sus tíos.

El joven James estudió teatro en Santa Mónica, hizo pequeñas apariciones televisivas y varios trabajos que le permitiesen sobrevivir mientras esperaba su gran oportunidad. Con 21 años ingresó en el Actor's Studio en Nueva York, convirtiéndose en el miembro más joven de la academia. 

El 8 de Febrero de 1954 James Dean estrena en Broadway la obra El inmoralista. En ella, Dean interpreta un pequeño papel (joven chantajista homosexual árabe) pero será suficiente. Entre los asistentes a la representación se encuentra el guionista Paul Osborn que recomienda a Elia Kazan que le eche un vistazo. Los dos hombres se encontraban trabajando en aquel momento en la pre-producción de su nueva película Al Este del Edén. James Dean se hará con uno de los papeles protagonistas y, a partir de ahí, su historia es más conocida, protagonizará Rebelde sin Causa y Gigante








Me gustaría detenerme en esta su primera película, quizás la menos conocida, pero, para mí, la mejor de sus 3 películas. Al Este del Edén está basada en la obra del mismo título de John Steinbeck. En la novela el autor volcó parte de su vida, su infancia en el valle californiano de Salinas, bajo la atenta mirada de un autoritario padre, los sinsabores de su segundo divorcio le sirvieron para crear el personaje de Kate (la madre huida). 

El nudo argumental de la novela está en la rivalidad de hermanos, al más puro estilo Caín y Abel, por el amor de su padre, la eterna lucha entre el bien y el mal. 

Esta dualidad también está presente en las localizaciones geográficas como se ve en el inicio de la película: las montañas de Santa Lucía separan el norte, el valle de Salinas (zona agrícola y republicana) de Monterrey, ciudad puerto (demócrata y con conocidos artistas entre sus habitantes).    



Este drama familiar comienza con Cal (un chaval de Salinas) que ha encontrado a su madre (que supuestamente estaba muerta) que regenta un burdel en Monterrey, Cal siente la necesidad de conocer a su madre y  hablar con ella. No lo consigue en su primer intento, pero él no deja de intentarlo. 










El padre, Adam, ha invertido dinero en un negocio que fracasa y Cal decide ayudarle a como de lugar, para ello le pide dinero prestado a su madre que invertirá en plantar alubias: su precio se dispara cuando EEUU entra en la II Guerra Muncial. 





Cal recupera, multiplicado, el dinero invertido por su padre y quiere regalárselo, para hacerlo como es debido pide la ayuda de Abra (la novia de su hermano Aron), juntos organizan la fiesta de cumpleaños de Adam, en la que Cal le dará el dinero como regalo. Esta fiesta no va ni de lejos como Cal espera y los acontecimientos se suceden de tal manera, que nada volverá a ser lo mismo para ninguno de ellos. 





Elia Kazan con  esta historia tiene la oportunidad  de atacar al puritanismo imperante en la época de: "esto está bien y esto está mal", el bien y el mal pueden mezclarse y con esta historia quiere demostrarlo. Pero para hacer una película sólo veía aprovechables las últimas 80 páginas del libro, necesitaba a un buen guionista, el elegido fue Paul Osborn (El Despertar, Madam Curie). 




Gracias a la recomendación de éste último, Kazan aceptó darle una oportunidad a un  joven actor desconocido. Al director le sonaba la cara del chico porque le había visto en el Actor's Studio. Las primeras impresiones no fueron muy bien, pero después de la incomodidad inicial, paseo en moto incluido, al volver a la oficina, Kazan telefoneó a Osborn: el chico era Cal, no hacía falta hacer una lectura de guión, no necesitaba interpretar, ni falta que le hacía. Para confirmar esta intuición Kazan, pensó que Dean debía visitar a Steinbeck en su casa. Según Kazan: "A John le pareció un mocoso tonto. Le dije que eso era irrelevante, ¿era Cal? John contestó que estaba claro que sí, no había más que hablar".     


Ya tenía a Cal, ahora necesitaba completar el reparto. Curiosamente, en las primeras fases de pre-producción Kazan había pensado en la posibilidad de que Marlon Brando fuese Cal y Montgomery Clift Aron. Las edades de los actores, 30 y 32 respectivamente, le obligó a desechar esta idea. 


Para el papel de Abra, la chica de la película que se ve atrapada entre los dos hermanos, Kazan solicitó a Julie Harris, aunque al principio el estudio dudó de ella porque en la vida real era 5 años mayor que James Dean y, en pantalla, debía parecer que los dos tienen 18 años. Para los dos padres Kazan arriesgó al apostar por Jo Van Fleet para el papel de Kate (papel que le valió un Oscar) y fue a tiro hecho con Raymond Massey para el papel de Adam, el severo padre. De hermano bueno, Aron, Richard Davalos, una joven promesa que no logró cimentar su carrera profesional. De sheriff, un cantante que hacía sus pinitos como actor Burt Ives, que dejó tan buen sabor de boca a Kazan que volvió a contar con él para su montaje teatral de La gata sobre el Tejado de Zinc (volverá a interpretar a Big Daddy en la película del mismo nombre). 


Una vez que se hizo público el fichaje de Dean, sólo era necesario que se mudase a Los Ángeles. El chico anunció al estudio que viajaría a lomos de su moto Triumph. Una caída importante llevó a Kazan a prohibirle que se subiese a la moto hasta el final del rodaje. 





Kazan decidió llevárselo con él de vuelta a California, podía aprovechar para hacerle pruebas de cámara disfrazadas de pruebas de vestuario. La Warner les preparó un viaje con limusina incluida tanto en Nueva York como en el aeropuerto de California. De camino a la ciudad James pidió que se desviasen para visitar el lugar en el que su padre trabajaba. Kazan se dio cuenta de la tensión que existía entre padre e hijo, comprendió que la historia de la película era la suya.


 


A cuenta de los futuros ingresos de la película, Dean compró por 700€ un deportivo MG-TD rojo y un caballo al que llamó Cisco. El actor había crecido en una granja y tener un caballo era la ilusión de su vida. Al principio el caballo vivía en el estudio pero James se escapaba para alimentarlo o visitarlo y Kazan decidió que era mejor que el caballo viviese en una granja en el valle de San Fernando. 


Durante los últimos ensayos Kazan mandó a Richard Davalos y James Dean a vivir en el mismo apartamento para que se acostumbrasen el uno al otro y surgiesen las tiranteces propias de hermanos. En cuanto empezó el rodaje, Dean se trasladó a uno de los camerinos grandes que los estudios Warner tenían, puede que, en parte, porque él y Davalos no llegaron a congeniar nunca. A Davalos no le gustaba la manera de trabajar de Jimmy, que acostumbraba a improvisar, nunca sabía qué iba a hacer y Dean era consciente de que Ray le despreciaba. Kazan en lugar de aplacar esta rivalidad la fomentó, Julie Harries fue el ángel de ese rodaje y la que calmó a Dean para que la situación no llegase a mayores.    



El 27 de mayo de 1954 en Mendocino arrancó el rodaje, este pueblo a las afueras de San Francisco daba el pego como el Monterrey de 1917 donde sucede el inicio de la película, Cal persigue a su madre hasta su casa. El 3 de junio se fueron a Salinas para rodar los valles de lechugas y el 12 de junio se trasladaron a los estudios Warner en Burbank donde se quedaron hasta el final de rodaje el 13 de Agosto. 




Kazan no reparará en gastos a la hora de rodar esta película. Pidió que construyesen un decorado imitando el pueblo de Salinas y su feria de atracciones, incluida la noria en la que Abra y Cal charlan. Para rodar esa toma Kazan se trajo una grúa de las usadas en el rodaje de "20.000 leguas de viaje submarino", gracias a esto Kazan pudo rodar a la altura natural todo el diálogo. 


A la llegada a Burbank, Kazan notó un comportamiento extraño en Jimmy, ¿qué hacía por las noches? ¿qué era eso que le hacía llegar tarde al rodaje y hecho polvo? La respuesta tenía nombre de mujer: Pier Angeli. Esta actriz italiana estaba rodando "El cáliz de plata" para la Warner y James Dean se enamoró perdidamente de ella. La relación no duraría mucho, ella plantó a Jimmy para casarse con Vic Damone, dejando echo polvo al joven Dean. 


Uno de los mejores momentos del rodaje para James Dean fue la visita que Marlon Brando les hizo. Para el joven actor Brando era su ídolo, el espejo en el que se miraba y el actor al que quería parecerse. Si este fue el momento álgido, el peor fue el último día de rodaje, Harris le encontró llorando en su camerino, al fin y al cabo era el último día en su primera película. 




Y una película fue lo que necesitó, había nacido la leyenda. James Dean fue candidato al Oscar como mejor actor protagonista, además el estreno de Al Este del Edén fue el único al que pudo asistir. Falleció el 30 de Septiembre sin llegar a ver Rebelde sin Causa y mucho menos Gigante. De esta última corre el rumor de que fue necesario volver a rodar algunas escenas del final de la película (cuando su personaje y el de Rock Hudson se pelean) y el que vemos en pantalla es un doble, no James Dean. 








Esta no es la única historia de las que corren acerca de la vida y muerte de James Dean. Fumador empedernido, miope, aficionado a la velocidad, propietario de un Porsche 550 Spyder al que puso el nombre de "pequeño bastardo" que se convertiría en su perdición. Nunca se casó, eso es un hecho, pero le han atribuido numerosos romances con hombres y mujeres. Siempre habrá periodistas que digan que era homosexual, quizás por esa melancolía o sensibilidad que le acompañaban y otros que digan que era heterosexual, al fin y al cabo su primer gran amor fue Pier Angeli. Está claro que nunca lo sabremos, y además eso no tiene mayor importancia.




A Dean le gustaba la velocidad, pero no ver carreras sino participar en ellas y conducir a grandes velocidades. Su manera de conducir chocó con un Ford que se saltó un stop en la Ruta 46 (carretera que comunica Los Ángeles y Salinas) al que no fue capaz de evitar. La leyenda también entra en juego con este suceso, se dice que los curiosos que se acercaron, al saber quién iba dentro del coche y lo que le había pasado, comenzaron a llevarse piezas del coche siniestrado. 


Se han hecho canciones, películas (la última el año pasado, Life), centrada en la relación de Dean con el fotógrafo de la revista Life que le hizo la sesión de fotos más icónica, la del abrigo y cigarrillo en las calles de New York), documentales... sin lugar a dudas es uno de los iconos más importantes del mundo del cine de los años 50 pero, para mi, siempre será ese chico encogido en el techo de ese tren que vemos al principio de Al Este del Edén y, ni el éxito, ni la fama, pudieron cambiar eso. Sus tres personajes están cargados de esa melancolía, ese aire de tristeza que le hacía tan único y especial. ¿Se nota que me gusta?????????


   

martes, 22 de marzo de 2016

LA CAZA

Estamos en Semana Santa y creo que casi todos hemos oído la historia en la que Pilatos pregunta al pueblo a quien debe salvar si a Jesucristo o a Barrabás. Teniendo en cuenta que uno era un profeta, el hijo de Dios en la tierra,... uno supondría, que por todas sus buenas acciones esta comunidad debería tenerle cierta estima, en cambio, Barrabás era un ladrón, lo que entendemos por una mala persona; sorprende muchísimo (incluso al mismo Poncio, que pregunta hasta en 3 ocasiones) que pidan a gritos la liberación de Barrabás y no la de Jesús.


Este pasaje de la Pasión de Jesús me ha hecho pensar que, desde hace mas de 2000 años la humanidad se comporta como una jauría de perros, atacando al más débil. Con ese nombre, La Jauría Humana (The Chase), el autor Horton Foote recoge en este libro una historia de las que se queda contigo. 










 


Un hombre que se ha escapado de la cárcel no tiene otro objetivo que volver a su pueblo para reencontrarse con su chica, pero sus vecinos, gentes con unas vidas no muy ejemplares, emprenden contra él una auténtica cacería, como si se tratara de una diversión más, aunque empujados por motivos más allá de la mera diversión. Sólo el sheriff, un hombre integro y cabal, tratará de evitar su linchamiento por todos los medios, arriesgando su propia integridad.


La película, basada en este libro, hace una fiel adaptación de esta trágica historia. En ella, la vida de un pequeño pueblo de Texas, se verá alterada cuando les llega la noticia de que Charlie "Bubber" Reeves (Robert Redfors) se ha fugado de la cárcel. En este pueblo, el banquero Val Rogers tiene una gran influencia sobre todos sus vecinos. 






El Sheriff Calder, interpretado magistralmente por un maduro Marlon Brando, sigue creyendo en la inocencia de Bubber, que ha sido encarcelado injustamente y está seguro de que se dirige a la ciudad para reunirse con su esposa Anna (Jane Fonda). Lo que Bubber no sabe es que su esposa mantiene una relación "especial" con el mejor amigo de Bubber, Jake, hijo de Val Rogers(el banquero) interpretado por James Fox.  


La huida de Bubber no es como había planeado, su compañero de fuga le abandona a su suerte, tras asesinar a un desconocido y llevarse su coche y sus ropas.


 

La gente del pueblo tiene sus propios problemas de los que sentirse culpables, o inocentes, y cuando reciben la noticia, deciden pasar la noche del sábado bebiendo, bailando..etc, mientras esperan la llegada de Bubber al pueblo. Entre ellos  destacaremos a Emily Stewart (Jane Rule) que no oculta su atracción sexual por Damon Fuller (Richard Bradford) ni siquiera delante de su marido Edwing (Robert Duvall). 


A lo largo de la noche, la bebida y las disputas van en aumento, un grupo de vigilantes piden al Sheriff Carter que tome cartas en el asunto, lo que para ellos significa que detenga a Bubber, que le impida que entre en el pueblo y no les importa que sea vivo o muerto. 




Calder se niega a obedecerles, cree que Bubber no es capaz de hacer daño a nadie y lo que quiere es detenerle para devolverle a penal de una pieza y, si puede ayudarle a salir de allí como un hombre libre lo hará, sin embargo, sus vecinos no ven las cosas desde su mismo punto de vista, le darán a Calder una gran paliza antes de que su fiel esposa Ruby (Angie Dickinson) pueda llegar a su lado.





Bubber consigue colarse en el pueblo y se esconde en un desguace de coches. Anna y Jake se reúnen con él para intentar ayudarle, la gente del pueblo les sigue, con la intención de "dar caza" a Bubber,  y, en su delirio,  se les ocurre  incendiar el lugar, para obligar al fugitivo a salir de su escondite. El fuego se descontrola y una explosión hiere de muerte a Jake. 






Calder consigue llegar al lugar y, a riesgo de perder su vida, se interpone entre el grupo de gente que está allí y Bubber. No sin dificultad el Sheriff consigue su objetivo de sacar de allí con vida al chico, aunque su trabajo está lejos de haber terminado.







A las puertas de la comisaría hay gran cantidad de gente impaciente, todos quieren ver cómo el sheriff conduce a Bubber de vuelta a donde ellos creen que pertenece. Todo parece ir bien pero a dos pasos de la puerta alguien  dispara a Bubber, el chico ha muerto delante de gran parte del pueblo, como si se tratase de un moderno circo romano. 






La película dirigida por Arthur Penn navega por infinidad de temas con maestría. El racismo (incluyendo escenas en las que varios hombres negros son acosados por hombres blancos), revolución sexual (varios de los personajes viven sus affaires de un modo abierto), la corrupción en un pequeño pueblo (todo el mundo cree que Val Rogers tiene a Calder en el bolsillo por el mero hecho de ser quién le nombró Sheriff), la vigilancia callejera (la gente del pueblo desafía abiertamente a Calder cuando deciden perseguir a Bubber por su cuenta).

Supuso un antes y un después en la carrera de un desconocido Robert Redford, así como un paso en esta etapa de madurez interpretativa de Marlon Brando, 4 años antes de que interpretase al mítico "Don" Vito Corleone, en El Padrino. 

Jane Fonda fue elegida para el papel de Anna superando a Faye Dunaway, la otra finalista que, al año siguiente, rodaría junto a Arthur Penn Bonnie and Clyde, esta vez fue ella la elegida y no Jane Fonda.

El paso del tiempo no ha hecho mella en la lucidez en la que se recrean los peores instintos del ser humano en esta película y cómo, amparados en el anonimato de la multitud, somos capaces de ser juez y jurado de otros. La película también nos deja una luz de esperanza en el ser humano, representada en ese Sheriff, preocupado por hacer lo correcto en vez de someterse a la presión del grupo.   



Esta película puede que no sea de las más conocidas para el gran público pero, para mí, es de visión obligada a ser posible en versión original, el acento sureño de Marlon Brando es fantástico y es casi un pecado doblar a Jane Fonda. Si aún no os he convencido...  


viernes, 18 de marzo de 2016

GRACIAS JABOIS!!



Él lo explica mucho mejor que yo, pero estoy casi segura que todos hemos presenciado, situaciones parecidas que... como no han acabado en bofetada... ni es maltrato, ni es machismo, ¡Qué equivocados estamos!!!!. Lo más preocupante es que estas situaciones se producen entre gente muy joven, gente del S. XXI. Esta juventud hambrienta de todo que quema etapas a toda velocidad, sin saborearlas, convierten el amor, o lo que ellos creen que es el amor, en una meta más y, en esas ansias de amor, lo pierden todo, hasta perderse a si mismos, su dignidad y su amor propio. ¿Qué es lo que estamos haciendo mal?  





MANUEL JABOIS  16 MAR 2016

Hace unas semanas en el aeropuerto de Peinador, Vigo, se despedía una parejita juvenil y enamorada. Él era un chico pálido, con esa blancura fantasmagórica en la piel que hace aflorar venas verdes en los brazos. Ella, una niña rubia con ojeras que no se quería despegar de él. Estuve observándolos un buen rato mientras me quitaba la ropa. Las medidas de seguridad de los aeropuertos tienen a veces cosas insólitas: te sacas el abrigo, la bufanda y las botas mirando de reojo a una pareja y esa pareja ya no sabe qué pensar. Bien pudieron dirigirse hacia mí diciendo: “A lo mejor de tanto desnudarte te va a empezar a pitar la cara”.

Finalmente ella se separó de él y dio varios pasos camino a los detectores. Entonces su pareja empezó a llamarla. Ella no se enteró, así que él, con esa sonrisa tonta que se nos pone cuando los demás oyen pero la persona a la que avisas no, insistió. Pero la chica miraba el móvil. Así que él, tan pálido, enrojeció un poco y volvió a llamarla, esta vez con los dientes apretados. A pesar de que bajó el tono de voz ella se dio la vuelta alarmada. Fue tan desagradable que al momento reconocí la ira contenida en la forma de pronunciar un nombre para que te atiendan: así llamaba yo a mi perro cuando no me hacía caso.

Era la voz de un amo, una especie de ultrasonido que ella detectó al instante a pesar de que dos segundos antes la había llamado a voz de grito. En cuanto el chico se olvidó de dónde estaba y le dio una orden, obedeció al instante. Tarde, porque al girarse de forma tan nerviosa, disculpándose tan patéticamente, él le dijo “ahora tira, anda” y se largó. En el avión, antes de despegar, ella escribió frenéticamente en el móvil. Cuando despegamos y se quedó sin cobertura, se puso a llorar.

Allí estaba aquella juventud eclipsada por el amor dirigiéndose a una relación de mierda. Allí estaba la niña haciéndose mayor en medio de algo que no reconoce como anómalo. Allí estaba el machismo de peor especie: el que sólo necesita modular el tono. El nombre de ella en boca de él: impaciencia, sumisión, acatamiento, amenaza. Fue desolador que no le diese una bofetada; si se la hubiese dado había allí, en el aeropuerto, varios voluntarios que le hubiesen partido la cara de inmediato. Pero no necesitó pegarle. Probablemente no lo necesite nunca. Y censure, muy concienciado, la violencia de género cuando salga en el telediario. Amaestradita la tienes, hijo de puta.

sábado, 12 de marzo de 2016

CURIOSIDADES

Me celebro y me canto a mi mismo 

y lo que digo de mi lo digo de ti 

porque lo que yo tengo lo tienes tu 

y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también 

(Walt Whitman)













En Febrero de éste año una voluntaria encontró en los archivos nacionales de Washington una carta escrita por Walt Whitman. 

Esta carta inédita data del 21 de Enero de 1866. En ella el soldado Jabo explica a su familia que no está lo suficientemente bien para ir a casa y que estas letras se las está dictando a un buen amigo. 

En una entrevista que Whitman concedió al New York Times explicaba que él animaba a los soldados a escribir y que él lo hacía por aquellos que no podían (incluso si esas cartas eran de amor). 

La Guerra de secesión Americana tuvo lugar entre 1861-65 y, esta carta es una más de esas historias que suceden en todas las guerras, vidas que se cruzan y que quedan para siempre marcadas.