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martes, 27 de junio de 2017

JUAN DIEGO BOTTO

Se pueden decir muchas cosas de este hombre, que ha nacido en Argentina, que es actor, director, guionista, culto, comprometido, emprendedor, atractivo, nominado a gran número de premios y todo esto sin levantar la voz, sólo si el personaje lo requiere. 


Nació en Buenos Aires en 1975 y su vida ha estado marcada desde niño por la tragedia, su padre es uno de los 30.000 "desaparecidos" de la dictadura de Videla y, ante esta situación, su madre decide mudarse a España donde abrió el centro de interpretación que lleva su nombre, Cristina Rota, una de las escuelas de interpretación más prestigiosas de este país. 

Gracias, o por culpa, de esta escuela, que empezó en el piso en el que vivían, la interpretación siempre estuvo presente en la vida de Juan Diego, mucho antes de que Historias del Kronen (Montxo Armendáriz) le catapultase a la fama, Juan Diego Botto ya había hecho su debut en el mundo de la interpretación, pero después de esta película ya nadie olvidará su nombre.

En esto último, yo no me diferencio de los demás, también le conocí con esta película, pero no es mi favorita dentro de su filmografía. De sus 57 películas yo destacaría Silencio Roto, Sobreviviré y sobre todo Martín (Hache). 

En Silencio Roto, también de Montxo Armendáriz, compartía cartel con Lucía Jiménez y vivían una historia romántico-dramática en el duro contexto de la posguerra española; en ella, Botto es Manuel, un joven de pueblo que se ve obligado a huir a las montañas y unirse a los Maquis para salvar su vida, no por convicción. 

Sobreviviré (Albacete y Menkes) junto a Emma Suarez es una de las pocas comedias que ha hecho. Esta tragicomedia romántica cuenta la historia de Marga, alguien que no lo ha tenido fácil en la vida para llegar donde está e Iñaki, un chico 10 años más joven que ella que, hasta ese momento, se había considerado exclusivamente gay. 



En este top 3 el número 1 es, indiscutiblemente, Martín (Hache) donde compartía cartel con Cecilia Roth, Federico Luppi y Eusebio Poncela. El protagonista es un chaval (argentino) de 19 años que toca rock y se mueve en ambientes poco recomendables, por eso su madre le envía a Madrid con su padre (Luppi), un famoso guionista teatral que comparte su vida con su amante (Cecilia Roth) y su mejor amigo Dante (Eusebio Poncela). Es Alicia, en uno de los monólogos, para mí, más recordados de la película, la que hecha en cara a Martín (padre) que le gusta rodearse de gente, pero realmente no quiere a nadie, les borra de su vida, por eso a su hijo le llama Hache. El personaje de Luppi se llama Martín Echenique y su hijo se llama idual pero, en lugar de añadir el Jr. para diferenciarlos usan (H) de hijo, y es así como se refiere a él, no le llama Martín, le llama Hache.

Para Alicia está claro que le ha quitado hasta el nombre a su hijo, no para diferenciarse, esa Hache, la letra muda, la que no tiene sonido, es una metáfora de cómo se ha comportado con su hijo en esos 19 años.

El papel de Juan Diego Botto en esta película me encanta, pero otro punto fuerte es el descubrimiento de Cecilia Roth y el redescubrimiento de Eusebio Poncela al que no había visto desde la serie de TVE Los Gozos y Las Sombras y aquí hace un personaje inolvidable, el mejor amigo de Martín padre, va a ser el mejor consejero de Martín hijo. La película fue aclamada por la crítica, recibió gran número de galardones en festivales y entregas de premios. 

No sólo de cine ha vivido este actor, también ha hecho mucho teatro a lo largo de los años y su última obra le ha reconciliado con su pasado, con lo que le ocurrió a su padre, además en el momento en el que el caso de su padre, por fin, será juzgado. 

Para Juan Diego Botto, Lorca hizo la definición perfecta de lo que debe ser el teatro: El teatro que no recoge el latido social, el latido histórico, el drama de sus gentes y el color genuino de su paisaje y de su espíritu, con risa o con lágrimas, no tiene derecho a llamarse teatro, sino sala de juego o sitio para hacer esa horrible cosa que se llama matar el tiempo"

Ese "latido" fue para él la historia de Samba Martine, la mujer congoleña que murió de manera inexplicable el pasado diciembre, a los 34 años, en el hospital Doce de Octubre de Madrid. Había sido trasladada desde el Centro de Internamiento para Extranjeros de Aluche, llevaba semanas quejándose de los dolores sin que nadie le hiciera caso. Acudió en 10 ocasiones al servicio médico y solo en una ocasión estuvo acompañada por una intérprete. Era portadora de SIDA, pero estaba sana. "Se le practicaron tantas autopsias que su féretro tuvo que permanecer cerrado mientras su madre se aferraba a él desesperada. Quería abrazar a su hija pero no podía. Fui al funeral porque me avisó un amigo y aquella escena me afectó mucho.    

Uno de los monólogos gira sobre una historia de la Escuela de Mecánica de la Armada, donde su padre desapareció sin cumplir los treinta años. Un caso que por fin será juzgado junto a otros 700 en Diciembre de 2016 en Argentina y que inevitablemente le ha obligado a él y los suyos a un duro ejercicio de memoria. "Había planeado ir, llevamos tantos años esperando este momento... pero no podré ir por la obra. De alguna manera para mí todo esto es en su nombre"


Algo que no había hecho hasta 2016 es TV y justamente hace su debut en la televisión americana, TNT, en la serie Good Behavior protagonizada por Michelle Dockery, famosa por Downton Abbey. El título es una gran ironía, los dos protagonistas son ella una impostora, ladrona, mentirosa patológica que ha obtenido la libertad condicional por buen comportamiento y él un asesino a sueldo que se rige por un código de honor, sólo acepta casos en los que  debe asesinar a gente que, según él, se lo "merece". Cuando cruzan sus caminos ninguno de los dos sabía hacia dónde derivaría su relación, al ir conociendo de dónde viene cada uno, cómo son sus relaciones familiares, van entendiéndose cada vez más. 

¿Podemos decir que ellos tienen un buen comportamiento? Seguramente no, pero los demás personajes puede que no estén buscados por la justicia y, aún así, no tienen buen comportamiento. Tendremos que esperar a la segunda temporada para ver qué pasa con Letty y Javier. 

Haciendo un repaso por todos y cada uno de sus personajes vemos que no son personajes ligeros, nunca te dejan indiferente y espero que su carrera siga así durante muchos años.